¡QUÍTATE LA MÁSCARA!
- sophiajuarez
- 10 feb 2018
- 7 Min. de lectura

¡Hola!, ¿Cómo estás? Espera, déjame adivinar... ¿Bien?
Me parece que bien es la respuesta más común para responder al "¿Cómo estás?" pero, sinceramente, ¿cuántas de esas veces que respondes bien, lo dices en serio? Yo muchas veces he respondido bien cuando en verdad no lo estoy.
Bien. Es una respuesta que se ha vuelto automática para nosotros, incluso cuando tu le preguntas a alguien, la respuesta que esperas escuchar es bien.
Algo súper común es saludar a alguien y preguntarle ¿cómo estás? y antes de que la persona responda, tu ya te diste la vuelta para saludar a alguien más. Y si lo piensas, el ¿Cómo estás? se ha vuelto como una regla, una costumbre, la mayoría de las veces no lo preguntamos porque en serio estemos preocupados por la persona, lo hacemos porque eso hacen todos, eso nos enseñaron que se tiene que hacer por educación.
Siento que esto nos ha llevado a vivir en un mundo falso, un mundo de máscaras, un mundo donde todos siempre están "bien" y nadie se interesa por saber realmente cómo estás, estamos tan metidos en nuestros propios problemas y cosas que no tenemos ojos para los demás.
El mundo nos ha enseñado que ser vulnerables, llorar o tener sentimientos como la tristeza, está mal o que por lo menos no debes de mostrarlo, porque si lo haces, eres "débil". Nos han metido en la cabeza que nacimos para ser felices y nos enseñan a tratar de ignorar nuestros problemas.
Tratamos de cubrir nuestra tristeza poniéndonos una máscara con una sonrisa diciendo a todos que todo está bien, siempre todo está bien. Y ¿sabes? ¡NO SIEMPRE TODO ESTÁ BIEN! y está bien que sea así. Dios nos dio sentimientos por una razón. Nunca creas que no debes llorar por algo, aunque todos te digan que no vale la pena. Si quieres llorar, ¡Hazlo! eso no significa que la situación por la que estás pasando te está controlando y debilitando.
En Mateo 5:4 dice "Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación" . Aceptar que alguna situación te afecta, está bien. No intentes aparentar ser "fuerte" y que nada te afecta. Creo que las personas que realmente son fuertes son las que aceptan que algo les duele, que cometen errores y que sus vidas no son perfectas. El mismo Jesús lloró al separarse de Dios cuando fue clavado en la cruz por llevar nuestros pecados y maldad.
Jesús sufrió y no solo en ese momento, en varios momentos, Jesús tenía los mismos sentimientos que tu y yo tenemos, Él sentía lo mismo, experimentó de todo, dolor, felicidad, tristeza, enojo, TODO.
Cuando pasamos por momentos difíciles solemos quitar nuestros ojos de Dios y ponerlos en las circunstancias cuando en realidad deberíamos entender que Dios tiene el control.
A veces creemos que es injusto que Dios permita el dolor, pero sabes, el dolor existe no porque a Dios le place vernos sufrir, ¿a qué buen padre le gusta ver sufrir a sus hijos? creo que a ninguno. Vivimos en un mundo lleno de pecado, rodeados de gente egoísta (incluyéndonos a ti y a mi) que muchas veces solo vemos por nuestro bien, vivimos en un mundo donde la maldad está por todos lados, donde hay gente que disfruta ver a otras personas sufrir, que a lo malo le llama bueno y a lo bueno malo, nosotros mismos hemos creado ese dolor tanto en nosotros como en otras personas.
Hay circunstancias de las cuales tu y yo no tenemos el control, por más que quisiéramos que fueran diferentes, no podemos. No siempre vamos a entender lo que Dios hace, ni el por qué permite que la vida y las cosas sean como son, pero te puedo asegurar que lo tiene todo bajo control y tiene un propósito para todo. Permanecer cerca de Él en medio de las circunstancias difíciles es lo mejor que puedes hacer, aún cuando pareciera que está lejos.
No es si no hasta que abandonamos una situación y la ponemos en sus manos que Él hace que todo funcione. Muchas veces usa esas circunstancias para trabajar en nuestro carácter y capacitarnos para lo que Él tiene para nosotros. Y al final, puedes entender que a pesar de todo lo malo, de todo el dolor y tristeza había un propósito hermoso y perfecto.
"Solo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema"
- Alejandro Dumas.
Si no existiera el dolor y el sufrimiento, no podríamos reconocer y apreciar la felicidad.
Un ejemplo de esto se encuentra en el libro de Génesis, en la historia de José.
José era el hijo favorito de su papá, le daba siempre lo mejor y un trato especial ya que lo quería más que a sus otros hijos, esto hizo que sus hermanos lo odiaran al grado de que ni siquiera le dirigieran la palabra, a los 17 años José tuvo sueños de parte de Dios: 5"Cierto día José tuvo un sueño y, cuando se lo contó a sus hermanos, éstos le tuvieron más odio todavía, 6 pues les dijo:―Préstenme atención, que les voy a contar lo que he soñado. 7 Resulta que estábamos todos nosotros en el campo atando gavillas. De pronto, mi gavilla se levantó y quedó erguida, mientras que las de ustedes se juntaron alrededor de la mía y le hicieron reverencias.8 Sus hermanos replicaron:―¿De veras crees que vas a reinar sobre nosotros, y que nos vas a someter?Y lo odiaron aún más por los sueños que él les contaba. Génesis 37: 5-8
José no hizo bien cuando les contó su sueño a sus hermanos, pues tuvo una actitud de arrogancia que le causó sufrimiento más adelante. El odio de sus hermanos creció tanto que estaban planeando matarlo, al final optaron por mejor venderlo a los ismaelitas y así fue como José llegó a Egipto, donde se cumpliría el plan de Dios. José sufrió mucho al alejarse de su padre, al estar en un lugar lleno de gente que no conocía y una cultura totalmente diferente. José fue vendido a Potifar, funcionario del faraón y capitán de la guardia, 2 el Señor estaba con José y las cosas le salían muy bien. Mientras José vivía en la casa de su patrón egipcio, 3 este se dio cuenta de que el Señor estaba con José y lo hacía prosperar en todo. 4 José se ganó la confianza de Potifar, y éste lo nombró mayordomo de toda su casa y le confió la administración de todos sus bienes. Génesis 39: 2-4.
Las cosas iban mejorando para José, pero, de repente todo vuelve a empeorar cuando la esposa de Potifar intenta persuadir a José de tener relaciones con ella 12 Entonces la mujer de Potifar lo agarró del manto y le rogó: «¡Acuéstate conmigo!»Pero José, dejando el manto en manos de ella, salió corriendo de la casa. 13 Al ver ella que él había dejado el manto en sus manos y había salido corriendo, 14 llamó a los siervos de la casa y les dijo: «¡Miren!, el hebreo que nos trajo mi esposo solo ha venido a burlarse de nosotros. Entró a la casa con la intención de acostarse conmigo, pero yo grité con todas mis fuerzas. 15 En cuanto me oyó gritar, salió corriendo y dejó su manto a mi lado». Génesis 39: 12-15 . Al saber esto Potifar como es de esperarse se molestó con José y lo echó a la cárcel, José fue castigado injustamente, no se tu pero yo creo que esto sí le dolió y fué muy difícil para él. A pesar de esto, José mantuvo sus ojos puestos en Dios y no en las circunstancias y esto hizo que el jefe de la cárcel le tuviera tanta confianza que lo puso a cargo de todos, después de varias cosas que pasaron en las cuales José mostró una conducta madura y humilde (lo contrario a lo que era al principio) un día el Faraón tuvo un sueño y como José interpretaba sueños lo llamaron para que interpretara el sueño de Faraón, el sueño consistía en que iba a haber 7 años de abundancia en la tierra y 7 de extrema escasez, esto ayudó demasiado a Egipto ya que gracias a la interpretación pudieron guardar recursos durante los años de abundancia para tener provisiones en los años de escasez. Después de mucho tiempo los hermanos de José visitaron Egipto para comprar provisiones y ahí se encontraron a José, ellos no lo reconocieron pero él a ellos sí y en vez de estar molesto con ellos por lo que le habían hecho, les regaló provisiones y los mandó a buscar a toda su familia para que se mudaran a Egipto y estuvieran seguros. José los perdonó en vez de guardarles rencor. 4Yo soy José, el hermano de ustedes, a quien vendieron a Egipto. 5 Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se reprochen el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de ustedes para salvar vidas. 6 Desde hace dos años la región está sufriendo de hambre, y todavía faltan cinco años más en que no habrá siembras ni cosechas. 7 Por eso Dios me envió delante de ustedes: para salvarles la vida de manera extraordinaria[a] y de ese modo asegurarles descendencia sobre la tierra. 8 Fue Dios quien me envió aquí, y no ustedes. Él me ha puesto como asesor del faraón y administrador de su casa, y como gobernador de todo Egipto. Génesis 45:4-8
José se dió cuenta al final, después de todo el dolor, que Dios tenía un propósito al haberlo llevado a Egipto, José era otra persona totalmente diferente a la que era antes de llegar a Egipto, se había convertido en una persona humilde que reconocía que todo lo que tenía no era por él, si no porque Dios se lo había dado. El sufrimiento de José fue parte del plan de Dios para salvar al pueblo. Dios puede usar tu dolor para ayudar a otras personas, solo necesita que tu lo dejes hacerlo.
Recuerdo que durante el tiempo difícil por el que pasé, yo necesitaba que alguien me preguntara sinceramente cómo estaba, necesitaba que alguien me ayudara, pero sabes, no la encontré, por mucho tiempo no la encontré hasta que me di cuenta de algo. ¿Cómo quería que alguien me ayudara a pasar por lo que estaba pasando si no era capaz de ser transparente y mostrar que no estaba bien?
No quería que la gente supiera que estaba sufriendo ya que yo siempre trataba de mostrar que nada me afectaba, que era "fuerte", un día al hablar con varios amigos me di cuenta de que no era la única que estaba pasando por momentos difíciles, lo que más me impactó fue que nadie se había animado a decirlo porque veían a todos y pensaban que eran los únicos que se sentían así y ¡sorpresa! no éramos los únicos. Ese día entendí que así como yo necesité que alguien se preocupara por mi en ese momento, hay gente que necesita que se preocupen por ella y le pregunten un sincero ¿Cómo estás?.
Deja que Dios obre a través de tu sufrimiento, muéstrate transparente a los demás y preocúpate por ellos, nunca sabes quién necesita un sincero ¿Cómo estas?.
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