No desperdicies tu vida
- sophiajuarez
- 5 jul 2018
- 11 Min. de lectura

“Cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.” Santiago 4:14
La semana pasada tuve la oportunidad de ir a unas conferencias sobre misiones donde Dios me mostró y trabajó muchas cosas en mi vida, en verdad fue un tiempo bastante hermoso. Una de las tantas cosas que Dios me habló en esa semana fue el no desperdiciar mi vida viviendo para mí. Tal vez estés pensando: "¿Vivir para mi es desperdiciar mi vida?, estás loca Sophi, mi vida es para vivirla al máximo, disfrutarla sin importar el mañana, dejar una huella en este mundo, ser exitosa, tener un buen trabajo y ganar dinero para gastarlo en lo que yo quiera", (yo,yo,yo). Bueno, lamento decirte que no es así. Tu vida no te pertenece, le pertenece al que pagó el precio más grande en la cruz.
Durante una de las conferencias nos pidieron que oráramos por una niña de 15 años que estaba en el hospital enferma, el mismo día en la tarde nos dieron una noticia; ella había fallecido, sinceramente creo que todos lo que esperábamos escuchar era que se estaba recuperando, que ya estaba mejor o algo parecido, sus papás esperaban y deseaban lo mismo, nunca se hubiesen imaginado que iba a morir. El escuchar esto me dejó mucho que pensar, tan solo tenía 15 años. Estoy segura que si unas semanas o incluso días antes le hubiesen preguntado a ella a qué edad pensaba que iba a morir seguramente hubiese contestado lo mismo que la mayoría de nosotros, setenta, ochenta, algo por el estilo, no creo que se hubiese imaginado que solo viviría 15 años. Nadie se lo imaginaría.
La verdad es que nadie sabe el día ni la hora en que morirá y, si no se cuanto tiempo Dios me permitirá vivir esto me lleva a unas preguntas sumamente importantes: ¿qué estoy haciendo con mi vida? ¿estoy aprovechando cada día? ¿Estoy cumpliendo el propósito por el cual Dios me ha creado y mantenido en este mundo?
Hablando con algunas personas que habían estado con esta niña en el hospital, una de ellas me contó que mientras ella estuvo ahí mantuvo una sonrisa en su cara y era ella la que animaba a sus padres, ¿puedes creer eso?, ¡ella era la que animaba a sus padres! Tenía gozo en medio de los momentos difíciles y eso solo puede ser el resultado de tener una perspectiva eterna, de tener toda tu confianza puesta en Dios y saber que así como Dios da la vida, el tiene todo el derecho de quitarla cuando Él quiera, ella sabía que su vida no le pertenecía.
“El SEÑOR da tanto la muerte como la vida; a unos baja a la tumba y a otros levanta.”
1 Samuel 2:6
Puede que estés pensando: ¿cómo pudo hacer esto Dios? Si ella lo amaba y confiaba en Él, ¿por qué no la curó? ¿Qué no es capaz de hacerlo?, ¿Por que permite que le pasen cosas malas a personas buenas? esto es una de las excusas más usadas por los ateos para justificar su falta de fe. Y la verdad es no estoy segura de por qué Dios permitió esto, pero de lo que sí estoy segura es de tres cosas: 1. Dios pudo haberla sanado . 2. Dios no quiso sanarla 3. Dios tuvo planes mejores para ella. La voluntad de Dios es soberana y sus planes son mejores que los nuestros, siempre, aunque no los podamos entender.
"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos." Isaías 55:8-9
Aunque algo parezca malo a nuestros ojos, Dios siempre tiene un propósito perfecto y bueno para todo. Un ejemplo de esto es la muerte de Jesús (me encanta como Jesús siempre es El ejemplo perfecto para todo). En una perspectiva humana, su muerte parecía algo malo, doloroso, pero desde una perspectiva eterna, desde la perspectiva de Dios, su muerte era algo hermoso y bueno, una victoria incomparable. Dios tenía un plan perfecto, la muerte de Jesús sería lo que traería salvación al mundo. Y así como el dolor y el sufrimiento de Jesús tuvieron un propósito perfecto, así el dolor y el sufrimiento de esta niña y su familia tienen un propósito perfecto.
No tuve la oportunidad de conocerla, pero por lo que me han contado puedo ver que ella estimaba su vida como algo vano, tenía en claro que esta vida es pasajera, esta vida no es la que realmente importa, sino la vida eterna que viene después de esta, en donde ya no habrá dolor ni enfermedad, donde no habrá nada que nos separe ni distraiga de Dios.
Otro ejemplo de alguien que estimó esta vida como vanidad es el Rey Salomón. Éste fue un hombre que por la gracia y voluntad de Dios llegó a ser rey de Israel, y no cualquier rey, Dios lo había llenado de sabiduría, fue el rey más sabio, tuvo todo lo que quería, riquezas, el favor de Dios. La vida de Salomón parecía una vida perfecta, completa, pero como es típico del ser humano por nuestra naturaleza pecaminosa, siempre arruinamos todo. A pesar de que Salomón tenía todo, su corazón no estaba satisfecho, no le bastó todo lo que Dios le había dado, y eso lo llevó a quitar su enfoque de Dios y decidir "vivir su vida al máximo", hizo todo lo que te puedas imaginar, tuvo todos los placeres humanos, y al final está fue su conclusión:
Sé que es mucho pero te animo a que leas cada palabra con detenimiento.
“Estas son las palabras del Maestro, hijo del rey David y gobernante de Jerusalén. «Nada tiene sentido —dice el Maestro—, ¡ningún sentido en absoluto!». ¿Qué obtiene la gente con trabajar tanto bajo el sol? Las generaciones van y vienen, pero la tierra nunca cambia. El sol sale y se pone, y se apresura a dar toda la vuelta para volver a salir. El viento sopla hacia el sur y luego gira hacia el norte. Da vueltas y vueltas soplando en círculos. Los ríos desembocan en el mar, pero el mar nunca se llena. Luego el agua vuelve a los ríos y sale nuevamente al mar. Todo es tan tedioso, imposible de describir. No importa cuánto veamos, nunca quedamos satisfechos. No importa cuánto oigamos, nada nos tiene contentos. La historia no hace más que repetirse; ya todo se hizo antes. No hay nada realmente nuevo bajo el sol. A veces la gente dice: «¡Esto es algo nuevo!»; pero la verdad es que no lo es, nada es completamente nuevo. Ninguno de nosotros recuerda lo que sucedió en el pasado, y las generaciones futuras tampoco recordarán lo que hacemos ahora. Yo, el Maestro, fui rey de Israel y viví en Jerusalén. Me dediqué a buscar el entendimiento y a investigar con sabiduría todo lo que se hacía debajo del cielo. Pronto descubrí que Dios le había dado una existencia trágica al género humano. Observé todo lo que ocurría bajo el sol, y a decir verdad, nada tiene sentido, es como perseguir el viento. Lo que está mal no puede corregirse; lo que se ha perdido no puede recuperarse. Me dije: «A ver, soy más sabio que todos los reyes que gobernaron Jerusalén antes que yo. Tengo más sabiduría y conocimiento que cualquiera de ellos». Así que me dispuse a aprender de todo: desde la sabiduría hasta la locura y la insensatez; pero descubrí por experiencia que procurar esas cosas es como perseguir el viento. Cuanta más sabiduría tengo, mayor es mi desconsuelo; aumentar el conocimiento solo trae más dolor. “Me dije: «Vamos, probemos los placeres. ¡Busquemos “las cosas buenas” de la vida!»; pero descubrí que eso también carecía de sentido. Entonces dije: «La risa es tonta. ¿De qué sirve andar en busca de placeres?». Después de pensarlo bien, decidí alegrarme con vino. Y mientras seguía buscando sabiduría, me aferré a la insensatez. Así traté de experimentar la única felicidad que la mayoría de la gente encuentra en su corto paso por este mundo. También traté de encontrar sentido a la vida edificándome enormes mansiones y plantando hermosos viñedos. Hice jardines y parques, y los llené con toda clase de árboles frutales. Construí represas para juntar agua con la cual regar todos mis huertos florecientes. Compré esclavos y esclavas, y otros nacieron en mi propiedad. También tuve enormes manadas y rebaños, más que cualquiera de los reyes que vivieron en Jerusalén antes que yo. Junté grandes cantidades de plata y de oro, el tesoro de muchos reyes y provincias. Contraté cantores estupendos, tanto hombres como mujeres, y tuve muchas concubinas hermosas. ¡Tuve todo lo que un hombre puede desear! De modo que me hice más poderoso que todos los que vivieron en Jerusalén antes que yo, y mi sabiduría nunca me falló. Todo lo que quise lo hice mío; no me negué ningún placer. Hasta descubrí que me daba gran satisfacción trabajar mucho, la recompensa de toda mi labor; pero al observar todo lo que había logrado con tanto esfuerzo, vi que nada tenía sentido; era como perseguir el viento. No había absolutamente nada que valiera la pena en ninguna parte. Pensé: «La sabiduría es mejor que la insensatez, así como la luz es mejor que la oscuridad. Pues el sabio puede ver hacia dónde va, pero el necio camina a oscuras». Sin embargo, me di cuenta de que el sabio y el necio tienen el mismo destino: los dos mueren. Así que me dije: «Ya que voy a terminar igual que el necio, ¿de qué vale toda mi sabiduría? ¡Nada de eso tiene sentido!». Pues tanto el sabio como el necio van a morir. Al sabio no se le recordará más que al necio. En los días futuros, ambos serán olvidados. Por lo tanto, llegué a odiar la vida, porque todo lo que se hace aquí, bajo el sol, es tan complicado. Nada tiene sentido, es como perseguir el viento. Llegué a odiar todo el trabajo que hice en este mundo porque tengo que dejarles a otros lo que yo he ganado. ¿Y quién sabe si mis sucesores serán sabios o necios? Sin embargo, ellos se van a apoderar de todo lo que yo he adquirido bajo el sol a través de mi destreza y esfuerzo. ¡Qué absurdo! Así que, desilusionado, me di por vencido y cuestioné el valor de todo mi duro trabajo en este mundo. Algunas personas trabajan con sabiduría, conocimiento y destreza, pero luego tienen que dejarle el fruto de su labor a alguien que no ha trabajado para conseguirlo. Eso tampoco tiene sentido, es una gran tragedia. Entonces, ¿qué gana la gente con tanto esfuerzo y preocupación en esta vida? Sus días de trabajo están llenos de dolor y angustia, ni siquiera de noche pueden descansar la mente. Nada tiene sentido. Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que disfrutar de la comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo. Luego me di cuenta de que esos placeres provienen de la mano de Dios. Pues, ¿quién puede comer o disfrutar de algo separado de él? Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quienes son de su agrado; pero si un pecador se enriquece, Dios le quita las riquezas y se las da a quienes le agradan. Eso tampoco tiene sentido, es como perseguir el viento.”
Eclesiastés 1-2
Ayer estaba viendo vídeos en Youtube, y en la parte de inicio estaba un video de una youtuber que llamó mucho mi atención, tenía como título "Confronting my best friend about my eating disorder", ésta chica decidió hacer público los problemas por los que estaba pasando y está impulsando a más youtubers a mostrarse reales ante sus seguidores, por lo que está creando una serie de videos con diferentes youtubers donde habla con ellos sobre los problemas por los que ellos están pasando, los videos se llaman "the truth about _____". Vi uno de estos videos donde sale con otra chica y mientras lo veía se me vino a la mente la historia del rey Salomón, porque así como él llegó a la conclusión de que el duro trabajo solo trae dolor, ellas también llegan a esa conclusión. Normalmente los YouTubers muestran en sus vídeos y redes sociales una vida "perfecta", una vida la cual todos quisiéramos tener, comida perfecta, viajes, novios perfectos, casas perfectas, ropa, cuerpo,cabello, todo perfecto y no muestran por lo que realmente están pasando. Una de ellas tenía un trastorno alimenticio, y la otra estaba obsesionada con su físico, el afán de querer que sus seguidores las vieran como perfectas con cuerpos súper delgados las había llevado a esto, a no sentirse suficientes, a sentir que debían de estar a la altura de todos modelos y artistas con los que conviven y a pesar de que muchas personas les decían cumplidos todo el tiempo, ellas querían más y más, nunca estaban satisfechas y esta historia se repite una y otra vez. Todos hemos escuchado mínimo una historia de alguien que parecía tenerlo todo y aún así era infeliz. Sabes, nunca he escuchado una historia de alguien que haya decidido dedicar toda su vida y enfoque a hacer la voluntad Dios que haya sido infeliz, al contrario, me sorprende ver cómo a pesar de que no tienen ni siquiera un techo donde dormir, gente que es maltratada, golpeada, encarcelada en muchos países por creer en Cristo, a pesar de todo, son felices y más que cualquiera, porque su felicidad se encuentra en hacer la voluntad del Padre, en poner una sonrisa en la cara de nuestro creador, ¿te imaginas eso? Ver que Dios sonríe por ti y por mi, yo no puedo ni imaginarme lo bello que ha de ser, llegar al cielo y escuchar de la propia boca de Dios "Buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”
"Nuestros días sobre la tierra son como la hierba; igual que las flores silvestres, florecemos y morimos. El viento sopla, y desaparecemos como si nunca hubiéramos estado aquí.” Salmos 103:15-16
Entonces, ¿cuál es el propósito de nuestra vida? ¿Para qué fuimos creados? ¿Qué es lo que Dios quiere de nosotros?
Dios quiere y merece todo de nosotros, todo nuestro corazón, todos nuestros pensamientos, todos nuestros deseos y anhelos, toda nuestra vida.
"Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento." Marcos 12:30
Dios no nos creó simplemente para creer en Él y ya, si hubiese sido así, en el momento en que hubiésemos tomado esa decisión se hubiera cumplido nuestro propósito y nuestra existencia en esta tierra ya no tendría sentido. Fuimos creados y diseñados para glorificar Al Creador, para llevar a cabo la gran comisión: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Dios nos escogió para llevar a cabo su plan en nosotros. Que increible.
Un día mi papá me contó que cuando él apenas empezaba a entregarle su vida a Dios, él decía: Dios, gracias porque te conocí ya de grande y de joven puede "disfrutar" de muchas cosas que no hubiese podido hacer si te hubiera conocido de joven. Y me decía, que es lo más tonto que alguien puede decir, porque cuando realmente conoces quién es ese Dios del que tanto te he hablado, te das cuenta que no hay nada que se compare.
Abandona todo por Jesús, te prometo que no hay nada más valioso ni satisfactorio que dedicarle tu juventud. No le pongas "limites" de tiempo a Dios, porque no sabes cuándo va a ser tu último día de vida y entonces será demasiado tarde.
Dios mandó a su hijo por ti, ¿que estás haciendo por Él? ¿Dónde estás tú?".
Solo Él es digno de nuestra vida.
No tengas miedo, no trates de aferrarte a tus deseos, ni a tus sueños. No dejes que eso sea un impedimento para que Dios pueda hacer algo hermoso en ti. Porque te prometo que aunque no lo parezca, cuando rindes tu vida para hacer Su voluntad, cuando le entregas todo y tienes un corazón dispuesto a dar todo por Él, un corazón dispuesto a reemplazar tus deseos y sueños por Sus deseos y planes aunque tu estés seguro que lo que tu quieres es lo mejor y no veas nada que pueda compararse, al final te darás cuenta que aunque te dolió en el momento, al final Sus planes son mejores que los tuyos. Déjate sorprender por los planes perfectos De Dios. Él es experto en superar nuestras expectativas.
Si Dios es Señor de tu vida, ésta ya no te pertenece a ti, no puedes darle tu vida y quitársela cuando tu quieras. No puedes tomar lo que ya no es tuyo.
Dios está buscando vasijas que estén listas para ser usadas por Él.
Deja que Dios trabaje en ti y a través de ti. Ríndete a Su voluntad.




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